El “Ball de Diables” es una de las tradiciones más arraigadas inicialmente en Cataluña, y posteriormente en la Comunidad Valenciana, donde se llama “Correfocs” y en las Islas Baleares. Actualmente, su participación en pasacalles, procesiones y correfocs se han convertido en una parte esencial de las Fiestas Mayores de muchos pueblos y ciudades.

Según el historiador Joan Amades, la primera noticia escrita sobre un “Ball de Diables” data del año 1150, y nos indica que fue representado en el banquete de la boda del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV con la princesa Petronila, hija del rey de Aragón y Cataluña. El “Ball” representaba la lucha de unos demonios, dirigidos por Lucifer, contra el Arcángel San Miguel y un grupo de ángeles.

La segunda referencia escrita que conocemos, citada en el Libro de Solemnidades de Barcelona, es de las fiestas de 1423 rememorando la venida a Barcelona del rey Alfonso V de Aragón, procedente de Nápoles.

El “Ball de Diables” actual tiene su origen en las representaciones que se realizaban durante las procesiones de corpus de la Edad Media, en las que se contaban de manera teatral diferentes escenas bíblicas para instruir al pueblo en los valores cristianos. Una de estas escenas era la victoria del Arcángel San Miguel frente los Diablos, y es la evolución de esta escena la que se ha convertido en el actual baile de diablos. La síntesis del Ball de Diables es una representación teatral de la lucha del Bien contra el Mal.

En un artículo de Salvador Palomar “Diable sóc d’aquest ball” no explica con todo detalle el origen y la actualidad de “Ball de Diables”

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