La “mascletà” es uno de los actos más importante de las Fallas de Valencia y la que con mucho ruido da el pistoletazo de salida al inicio de las más populares fiestas valencianas.

Una mascletà se compone de la sucesión de una serie de petardos de diferente potencia que se disparan continuamente con la finalidad básica de producir ruido. El disparo empieza despacio y va aumentando gradualmente de sonoridad, hasta llegar a lo que se conoce como “terremoto”, que es la parte final, donde explotan a la vez montones de petardos provocando un ruido ensordecedor. Finalmente se disparan unas carcasas muy potentes, que finalizan la mascletà.

Una sucesión de petardos de diversa potencia, masclets y carcasas que componen un espectáculo único y de los más preferidos por los valencianos.

Cada mascletà tiene una composición musical diferente que se origina a través de los ruidos de los cañones de pólvora. Los petardos que la componen cuelgan tendidos de las cuerdas, proporcionando un colorido y personalizado escenario.

En una mascletà se disparan entre 100 y 120 kilos de polvora y el color de los “masclets” (los petardos que componen la mascletà) indica su potencia explosiva, que sólo sabremos cuando hayan explotado y creado un auténtico espectáculo visual.

El origen de la actual mascletà en Valencia nace en los años 40, en concreto en 1945. La primera mascletà la disparó Antonio Caballer, de la población de Moncada.